En mi solitaria cruzada por seguir pagando únicamente por contenido físico, esta semana por fin he tenido la oportunidad de recibir la edición para XBOX One, con algunos e irrelevantes obsequios que ya comentaremos y jugar a la nueva entrega de una de las sagas de beat’em up más populares de los años noventa.
Cuando se anunció el proyecto y, como es habitual hoy en día, se habló y se opinó largo y tendido sobre algo que entonces ni existía; mis primeras impresiones no fueron positivas, llevado por los prejuicios que me provoca la industria actual, pero una vez con el mando en las manos, mi opinión ha cambiado radicalmente.
La primera edición digital de este juego se publicó el pasado 30 de Abril, mientras que las ediciones físicas se han hecho esperar hasta el 31 de Julio, corriendo el desarrollo a cargo de Lizardcube, Guard Crush Games y Dotemu, quien ha gestionado así mismo la distribución del título.
Los sucesos de esta cuarta y tardía entrega (el título que cerró la trilogía original se publicó en 1.994) acontecen diez años después del tercer juego, cuando los hijos de Mr.X (los mellizos Y) planean lavar el cerebro de los ciudadanos de Wood Oak, obligando a que viejos y nuevos héroes deban lanzarse de nuevo a las calles.
La plantilla original del juego nos presenta a dos viejos conocidos, Axel Stone (en una versión desarrapada que despertó numerosas críticas, a las que personalmente me adhiero) y Blaze Fielding (a los que se unirá un tercero a desbloquear, Adam Hunter), junto a dos nuevos personajes.
Dichos personajes son Cherry Hunter (hija de Adam) y Floyd Iraia (un personaje que incorpora implantes cibernéticos del Dr. Zan). Adicionalmente, conforme ganemos puntos, podremos desbloquear personajes de cada uno de los tres títulos de la trilogía original, ampliando la rejugabilidad del título.
En cuando al desarrollo del título, el primer modo de juego es el modo historia, con varios niveles de dificultad y un total de doce fases, guardándose nuestro estado al final de cada una por si no podemos completar la partida de un tirón y en la que vamos obteniendo puntos para desbloquear los restantes elementos.
Rápidamente se desbloquean las galerías de diseño artístico y el resto de modos de juego, entre los que se encuentra un modo arcade que sólo nos permite usar un crédito, un modo de combate exclusivamente contra jefes (bastante exigente) y un modo de combate competitivo entre personajes.
El principal aliciente para continuar rejugando el título, como digo, es sumar los puntos necesarios para ir desbloqueando los diseños (no sólo artístico, sino con su jugabilidad propia) de los personajes de la trilogía original, cuya integración jugable en la dinámica del título es totalmente consistente.
Aunque nos encontremos en 2.020, podemos afirmar que el género de los beat’em up ha alcanzando su cénit jugable con esta entrega, que presenta un control, movimientos y combos, física y desarrollo perfectos. A pesar de las facilidades y el bagaje de los años, sigue siendo justo reconocerlo, porque el trabajo es excelente.
A nivel técnico, el juego es una delicia, con un aroma retro en su diseño muy bien conseguido, un apartado gráfico impecable y una banda sonora excelente, con colaboración incluso de Yuzo Koshiro (compositor de la banca sonora de la trilogía original), aunque el compositor principal es Olivier Deriviere.
En cuanto a la edición física, es un poco decepcionante. Se anuncia con un libro de arte, que no son sino cuatro hojas grapadas con algunos movimientos de los personajes y un llavero de plástico flexible muy pobre. No obstante, la relación calidad/precio del producto (valorando la calidad del juego) es positiva.
Abandonando mis prejuicios iniciales y aunque algún punto, como el diseño de Axel, me sigue sin gustar, no puedo sino felicitar a todas las partes implicadas en el desarrollo de este juego, porque verdaderamente nos encontramos ante un excelente beat’em up, que rompe el techo en no pocos apartados.
Jugablemente es una maravilla, accesible y completo a partes iguales, mientras que a nivel técnico y artístico es tan solvente como sorprendente, con inclusión y actualización de los elementos clásicos de la serie y con aspectos verdaderamente sobresalientes, tanto a nivel gráfico como en cuanto a su banda sonora se refiere.
En definitiva, un excelente título que disfrutarás si te gustan los juegos de corte clásico, si eres un aficionado a los beat’em up y, en general, si te gustan los títulos de concepción arcade, divertidos y con una excelente presentación.